Cómo plantear la estructura de tu obra
Yo creía que antes de comenzar a desarrollar mi obra necesitaba tener la estructura. Mi lógica me hacía pensar en que tenía que diseñar ordenadamente todo lo que iba a suceder y luego sentarme a escribir.
Sin embargo, lo que tenía estaba desordenado: un personaje, retazos de situaciones, intuiciones, recuerdos, un tema que me rondaba… Eran materiales sueltos que tenían un sentido para mí, pero me perdía cuando quería estructurarlos.
No encontraba relación entre lo que había imaginado y una secuencia ordenada que diera sentido a la acción. Y sufría bastante. Como cuando quieres contar un sueño muy vívido pero no lo logras porque te faltan piezas, te olvidas o se desvanece.
Es un error pensar en la estructura de la obra como algo que nace separado de su escritura.
Aprendí a trabajar en el proceso de escritura en etapas. Cada una tiene sus características, y a medida que se cumplen, generan las condiciones para pasar a la siguiente.
De aquí se desprenden varios temas técnicos que requieren de una explicación más larga.
Pero podríamos resumirlo en:
- Escuchar la propia voz / de qué está hecha la inspiración.
- Cómo entrar en contacto con los materiales iniciales
- Planteo dramático
- Esquema dinámico de la escritura
En síntesis: la escritura de una obra no se trata de llenar casilleros con información sino que requiere de procedimientos más sutiles.
Escuchar al material
De aquí se desprende otro gran error: tengo que tener claro lo que quiero contar.
Esto que voy a decirte me ayudó mucho (y me sigue ayudando) a concretar mis obras.
Hay muchos caminos posibles para la escritura de un texto dramático, pero en todos los casos es un pensar/hacer que se va desplegando a medida que se realiza.
Es un error querer tener claro el tema y lo que dice la obra antes de empezar porque esas preguntas las irás respondiendo a medida que avances con la escritura.
Lo más importante es aprender a avanzar y desplegar el material (tema, personajes, estructura) desde dentro del proceso de escritura.
Digamos que tiene muchos puntos en común con un proceso botánico: no esperamos que una semilla dé sus frutos durante la germinación.
Y cuando la planta está brotando y creciendo, tenemos que tener cuidado al regarla para que no se ahogue.
Hay que aprender a escuchar el propio material y no ahogarlo con la ansiedad de tenerlo todo claro.
Este es el enfoque central de mi trabajo y lo que me permite ayudar a tantos procesos de escritura.